
El aspartamo es un edulcorante sintético con un poder endulzante 150 a 200 veces superior al del azúcar. Se utiliza para dar un sabor dulce sin aportar calorías.
Se encuentra en más de 2.500 productos en Europa y alrededor de 6.000 en todo el mundo, principalmente en los productos denominados «light», «zero» o «reducidos en azúcar»1,2.
Representa un desafío económico importante para los fabricantes, ya que es extremadamente rentable: su poder endulzante permite usar cantidades ínfimas,con un costo aproximadamente diez veces inferior al del azúcar3. Los ahorros realizados por los fabricantes son considerables, pero rara vez se reflejan en los precios de venta. Las bebidas clásicas y sus versiones sin azúcar suelen venderse al mismo precio, e incluso más caras en algunos casos, lo que permite maximizar los márgenes.
Pero la seguridad del aspartamo está hoy ampliamente cuestionada. Numerosos científicos y periodistas de investigación denuncian efectos tóxicos minimizados por estudios sesgados, así como conflictos de interés entre la industria y las autoridades sanitarias que llevaron a su autorización.
En este artículo, analizamos las zonas grises que rodean al aspartamo y aclaramos qué es lo que realmente dice la ciencia.
Un lanzamiento comercial rodeado de polémica
1965: nacimiento de un edulcorante bajo influencia
El aspartamo fue descubierto por casualidad en 1965 por un químico de la empresa farmacéutica estadounidense Searle. Este químico, llamado James Schlatter, estaba desarrollando un medicamento contra las úlceras cuando sintetizó una nueva molécula. Al probar accidentalmente el compuesto en sus dedos, notó su sabor extremadamente dulce4.
Su poder edulcorante, considerablemente superior al del azúcar, atrajo rápidamente la atención de la empresa, que inició un proceso de autorización ante la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) para permitir su uso en productos alimentarios comunes.
Searle financió entonces varias pruebas de laboratorio para evaluar la toxicidad del aspartamo y transmitió los resultados a la FDA en 1973. Poco después, en 1974, la FDA aprobó su comercialización en alimentos secos y chicles. Esta decisión se basó en una lectura preliminar y superficial de los estudios de toxicidad proporcionados por Searle, y en la hipótesis simplista de que el aspartamo sería inofensivo ya que en el organismo se descompone en dos compuestos presentes de forma natural en el cuerpo humano5.
Esta autorización suscitó inmediatamente críticas, en particular del neurocientífico John Olney, quien advirtió sobre el riesgo de lesiones y tumores cerebrales6. Al año siguiente, en 1975, se suspendió la comercialización del aspartamo para permitir una investigación más profunda por parte de los científicos de la FDA7.
Tras dos años de trabajo, dichos especialistas plantearon problemas graves. Señalaron numerosas negligencias e irregularidades en los estudios realizados con ratas y ratones: síntomas no declarados que requirieron antibióticos, extracción de tumores antes de la disección sin mención en los informes, o incluso la imposibilidad de examinar ciertos órganos demasiado degradados8,9. En total, se detectaron 52 anomalías graves en solo tres de los quince estudios toxicológicos proporcionados por Searle10,11. Ante la gravedad de los hechos, el jefe del departamento jurídico de la FDA emprendió acciones legales contra Searle por «ocultación de datos y declaraciones falsas»12,13. La FDA también encargó a un comité científico externo que evaluara la seguridad del aspartamo. Fue la primera vez que la FDA utilizó este procedimiento, denominado Public Board of Inquiry, para resolver una cuestión de seguridad sanitaria14. En 1980, tras varios meses de investigación, el comité concluyó por unanimidad no volver a autorizar el aspartamo15.
La elección de Ronald Reagan como presidente de los Estados Unidos en 1980 marcó, sin embargo, un punto de inflexión en la historia del aspartamo. Donald Rumsfeld, entonces director general de Searle, no era un desconocido en Washington: ya había ocupado cargos de alto nivel en la administración, en particular como embajador de EE. UU. ante la OTAN y jefe de gabinete en la Casa Blanca bajo Gerald Ford9.

Tras abandonar la política para unirse a Searle, participó activamente en la campaña presidencial de Ronald Reagan. Con la victoria de este último, Rumsfeld volvió al gobierno integrando el Comité asesor provisional de Política Exterior. Desempeñó entonces un papel clave en el nombramiento del nuevo presidente de la FDA16. Arthur Hayes, un allegado de Rumsfeld sin experiencia en el ámbito de los aditivos alimentarios, fue designado al frente de la agencia. Menos de dos meses después de asumir el cargo, en julio de 1981, Hayes volvió a autorizar el uso del aspartamo17, primero en los alimentos secos, luego en las bebidas, y finalmente lo extendió a todos los productos alimenticios en 1996. Declaró: «No estoy dispuesto a decir que no haya ningún riesgo asociado al aspartamo, pero creo que se ha demostrado que no hay un riesgo significativo.»18

Esta decisión va en contra de las conclusiones de los toxicólogos de la FDA y de los expertos independientes del Public Board of Inquiry19. Aún más sorprendente, también contradijo la posición del principal lobby estadounidense de bebidas, la National Soft Drink Association. Esta organización se había opuesto al uso del aspartamo en refrescos, argumentando que la sustancia podía degradarse en compuestos tóxicos durante el almacenamiento. En 1983, declaró: «Searle no ha aportado la certeza necesaria para garantizar que el aspartamo y sus productos de degradación son seguros en las bebidas gaseosas.»20
Para legitimar la reautorización del aspartamo en Estados Unidos, se presentaron dos nuevos estudios21,22. Ambos fueron realizados y financiados por Ajinomoto, uno de los principales fabricantes mundiales… ¡de aspartamo! Estos estudios, centrados en los riesgos de cáncer y en otros efectos tóxicos a largo plazo del aspartamo, concluyeron en una ausencia de toxicidad. Pero, al igual que los estudios anteriores realizados por Searle, los trabajos de Ajinomoto están lejos de generar consenso. En primer lugar, nunca fueron sometidos a revisión por pares —un paso fundamental para garantizar la validez científica de un estudio23. En segundo lugar, su metodología no cumplía con los estándares toxicológicos vigentes en aquella época24,25.
Además, el estudio sobre el cáncer realizado por Ajinomoto en 198121, utilizado para justificar la reautorización, se centró exclusivamente en los tumores cerebrales, ignorando así la posibilidad de que otros órganos pudieran verse igualmente afectados por un riesgo cancerígeno. Este enfoque ya había sido considerado insuficiente, desde un punto de vista toxicológico, por los científicos internos de la FDA en ese periodo26 como justificación para autorizar su comercialización.
Vínculos inquietantes entre la FDA y los fabricantes de aspartamo
Más allá de basarse en estudios cuestionados, la aprobación del aspartamo también plantea la cuestión de los conflictos de intereses. Y con razón: ¡seis altos responsables de la FDA implicados en la aprobación final del edulcorante en 1981 se incorporaron poco después a empresas relacionadas con la producción… de aspartamo!27
Otro hecho preocupante: Samuel Skinner, el fiscal federal encargado de dirigir la acción judicial de la FDA contra Searle por las irregularidades en sus estudios, dimitió el 1 de julio de 1977. Quedaban solo unos meses para actuar —hasta diciembre de ese año— antes de que los plazos de prescripción hicieran imposible cualquier acción. Poco después, Skinner se incorporó al bufete… ¡que defendía a Searle en este mismo caso! Su sustituto, William Conlon, que llegó demasiado tarde, no tuvo tiempo de retomar el expediente. El resultado: se abandonaron las demandas y Searle escapó definitivamente de toda sanción. Curiosamente, menos de un año después, Conlon terminó uniéndose al mismo bufete de abogados encargado de defender a Searle 12,28.
Otro ejemplo de conflicto de intereses: una investigación reveló que Arthur Hayes, nombrado presidente de la FDA en 1981, aceptó varios beneficios ofrecidos por los industriales29, entre ellos el uso de un jet privado de General Food Corporation, distribuidor de aspartamo18. Estas revelaciones habrían contribuido a su dimisión en 198330. Poco después, se incorporó a Burson-Marsteller, la agencia de relaciones públicas de Searle, como asesor científico sénior13.
Europa: una evaluación de la EFSA que también genera dudas
A pesar de las numerosas controversias en Estados Unidos, el impulso ya estaba en marcha. Otros países comenzaron a autorizar el aspartamo en productos de uso cotidiano, basándose en la aprobación estadounidense y sin exigir estudios adicionales: Canadá en 198131, Australia en 198632, y luego la Unión Europea en 199433.
Una reevaluación en 2013 ampliamente criticada
En 2013, la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria (EFSA) reevaluó la seguridad del aspartamo para su uso en la Unión Europea y concluyó que no suponía ningún peligro34,35. Sin embargo, esta opinión también fue objeto de críticas. En 2019, Erik Millstone y Elizabeth Dawson, dos investigadores de la Universidad de Sussex en el Reino Unido, publicaron un estudio que cuestiona esta evaluación36. Alertan sobre la metodología de selección de estudios toxicológicos utilizada por la EFSA. En efecto, indican que los 73 estudios que mostraban efectos nocivos del aspartamo sobre la salud fueron descartados sin justificación sólida. En cambio, se tuvieron en cuenta 43 de los 62 estudios que no mostraban o mostraban escaso impacto del aspartamo —total o parcialmente. Algunas de las investigaciones descartadas fueron consideradas por ambos expertos como «más sólidas y más relevantes» que las que se tomaron en cuenta. Otro problema: entre los estudios seleccionados, muchos fueron financiados por la industria, y algunos incluso fueron calificados por antiguos toxicólogos de la FDA como «sin valor», «fraudulentos» o incluso como un «desastre»37.
No obstante, basarse en estudios financiados por la industria puede introducir sesgos en los resultados. Así lo concluyen dos revisiones científicas publicadas en 201638 y 201739: los estudios financiados por la industria alimentaria eran más propensos a concluir que los edulcorantes no tienen efectos negativos sobre la salud (especialmente sobre el aumento de peso), en comparación con los estudios realizados de forma independiente.
Los estudios Ramazzini: trabajos de referencia, pero descartados por la EFSA
La EFSA excluyó de su reevaluación varios estudios importantes40,41,42 sobre los riesgos cancerígenos del aspartamo, realizados por el Instituto Ramazzini, un centro de investigación con reconocimiento internacional en oncología43. La EFSA justificó esta decisión alegando que los estudios no cumplían con los protocolos experimentales estándar. Sin embargo, estos estudios iban más allá de los criterios habituales: la investigación incluía 1.400 ratas (frente a 400 en los protocolos clásicos), probaba seis niveles de dosis (en lugar de tres) y permitía que los animales vivieran hasta su muerte natural para detectar posibles efectos cancerígenos tardíos, mientras que los protocolos estándar prevén la eutanasia a los dos años44. Como subraya el investigador Erik Millstone: «Los estudios del Instituto Ramazzini fueron más exhaustivos, sensibles, fiables y pertinentes para la exposición humana que los realizados bajo protocolos convencionales.»
La principal crítica de la EFSA se centraba en esta longevidad poco habitual de los roedores: según la agencia, «las infecciones pulmonares observadas en animales envejecidos dificultaban la interpretación de los resultados.» Así, la EFSA sugería que los tumores podían haber sido causados por infecciones pulmonares y no por el consumo de aspartamo34,45.
No obstante, según los investigadores del Instituto Ramazzini, estas infecciones forman parte del «proceso natural de envejecimiento de estos animales»46. Además, también se detectaron en el grupo de control (no expuesto al aspartamo), lo que excluye su implicación en el desarrollo de tumores. La presencia de un grupo de control tenía precisamente el objetivo de eliminar este tipo de sesgos y garantizar una comparación rigurosa.

La calidad de los estudios del Instituto Ramazzini sobre el aspartamo ha sido reconocida en varias ocasiones. Un artículo publicado en 2008 por tres científicos estadounidenses —expertos en metodologías experimentales para evaluar la carcinogenicidad— afirmaba que prolongar la vida de los animales «refuerza el valor y la validez de los resultados»47. Como lo recordó el investigador Erik Millstone en una entrevista: «Los estudios del Instituto Ramazzini fueron más exhaustivos, sensibles, fiables y pertinentes para la exposición humana que los realizados bajo protocolos convencionales.»
En 2021, el Instituto Ramazzini publicó un nuevo estudio que confirmaba que los tumores observados en los roedores en sus primeros trabajos estaban efectivamente relacionados con el consumo de aspartamo, y no con infecciones pulmonares que aparecen de forma natural al final de la vida48. En 2023, el estudio principal fue reanalizado por nuevos investigadores del Instituto Ramazzini y las conclusiones no cambiaron49.
Finalmente, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC) —una referencia mundial en oncología— confirmó en 2024 la solidez de la metodología del Instituto Ramazzini. Afirmó que prolongar la vida de las ratas era una de las principales fortalezas del estudio. También señaló que la pureza del aspartamo había sido correctamente analizada. Por el contrario, el CIRC consideró que los estudios de Searle y Ajinomoto eran limitados por la falta de información sobre la pureza y de detalles histopatológicos50.
Al negarse a incorporar los datos del Instituto Ramazzini, la EFSA descartó algunas de las pruebas más sólidas disponibles sobre los riesgos cancerígenos, lo que suscita dudas sobre su imparcialidad. Posteriormente, el Instituto Ramazzini reveló en 2021 haber recibido fuertes presiones tras sus publicaciones sobre el aspartamo. Los investigadores implicados vieron su credibilidad atacada y sus estudios ridiculizados por la industria agroalimentaria51,52,53, lo que provocó una fuerte disminución de su financiación54.El Center for Science in the Public Interest (CSPI), una ONG estadounidense reconocida por su trabajo en salud pública, también denunció estos ataques en 201355. La organización recordó que los estudios del instituto aportan «pruebas irrefutables de que el aspartamo es cancerígeno en animales».
La EFSA, también bajo sospecha de conflictos de interés
En un estudio de 201936 sobre la reevaluación del aspartamo por parte de la EFSA, investigadores de la Universidad de Sussex sugieren que la agencia podría haber sido influenciada por conflictos de interés comerciales. Según ellos, eso explicaría por qué se excluyeron ciertos estudios sólidos de la reevaluación realizada por la EFSA en 2013.
Esta hipótesis coincide con las conclusiones de la ONG Foodwatch. En un informe publicado en 202556 sobre el aspartamo, la organización indicó que, entre los 62 estudios considerados fiables por la EFSA, 45 presentaban conflictos de interés: estaban directa o indirectamente vinculados a los fabricantes de aspartamo, lo que podría haber influido en la evaluación de la agencia.
El análisis publicado por Réseau Environnement Santé en 201357 fue aún más allá al revelar que 6 de los 19 expertos de la EFSA que participaron en la reevaluación del aspartamo mantenían vínculos estrechos con la industria, en particular con Ajinomoto, principal fabricante mundial de aspartamo, y con Coca-Cola, cuyos productos «light» y «zero» dependen ampliamente de este edulcorante. Más preocupante aún, este análisis reveló que una parte del informe de la EFSA de 2013 era en realidad un copia y pega de una publicación financiada por Ajinomoto en 200751. De las 96 líneas del informe de la EFSA dedicadas a los riesgos neurológicos del aspartamo, 60 eran idénticas o muy similares a las del texto de dicha publicación. El Réseau Environnement Santé concluye que la reevaluación de la EFSA en 2013 presenta graves violaciones a los principios esenciales de la ética científica.

La EFSA también parece haber intentado minimizar, e incluso ocultar, ciertos vínculos entre sus miembros y la industria. Así lo revela la periodista de investigación Marie-Monique Robin en su documental Notre poison quotidien58, emitido en 2011 en Arte. Muestra que la agencia modificó posteriormente una declaración oficial sobre conflictos de interés. Se trata del caso de Dominique Parent-Massin, miembro del grupo de trabajo encargado de evaluar el aspartamo. En su ficha inicial, esta experta de la EFSA indicaba haber trabajado como consultora para Ajinomoto y Coca-Cola —dos empresas directamente afectadas por la evaluación. Sin embargo, estas menciones habrían desaparecido después de que la periodista entrevistara al personal de la EFSA en el marco de su investigación. Esta modificación eliminó todo rastro del vínculo directo entre la experta de la EFSA y las empresas con intereses comerciales en el aspartamo, planteando un problema grave de transparencia e independencia.
Estas revelaciones coinciden con las de la ONG Corporate Europe Observatory. En un informe publicado en 201159, la organización explica que cuatro miembros del panel de la EFSA encargado de evaluar los aditivos alimentarios no declararon sus vínculos actuales y pasados con el International Life Sciences Institute (ILSI Europe). Aunque oficialmente presentado como una organización científica independiente y sin ánimo de lucro, el ILSI ha defendido durante décadas los intereses de la industria alimentaria60. Fue fundado por un ex vicepresidente de Coca-Cola, financiado durante décadas por esta empresa (hasta 2021) y por Mars (hasta 2018), y hoy cuenta entre sus miembros a Pepsi y Ajinomoto. El informe de la ONG concluye que la EFSA debería adoptar urgentemente normas más estrictas sobre conflictos de interés y reformarse para recuperar la confianza pública.
Además, el Parlamento Europeo cuestionó enérgicamente la independencia de la EFSA en un informe publicado en 201461,62, en el que pidió una política real de transparencia y prevención de conflictos de intereses. En respuesta, la agencia adoptó varias medidas: en 201463 instauró reglas para evitar conflictos de interés entre sus miembros. En 201564, revisó su metodología de selección de estudios para evitar que ciertos resultados fueran excluidos arbitrariamente. Por último, en 201965 se adoptó un reglamento europeo para reforzar la transparencia de la EFSA. Sin embargo, pese a estos avances, el dictamen de 2013 sobre el aspartamo sigue sin actualizarse.Frente a todas estas revelaciones, varios científicos reclaman hoy en día una reevaluación independiente del aspartamo a nivel europeo36,48,66,67,68.
Riesgos bien documentados
Cáncer: un riesgo mayor a partir de media lata al día
En 2023, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIRC) clasificó el aspartamo como «posiblemente cancerígeno» (grupo 2B)69. Esta decisión se basó en una revisión exhaustiva realizada por el CIRC, que evaluó todos los estudios publicados desde 1974 sobre el potencial cancerígeno de este edulcorante. En un informe de 471 páginas70, el CIRC concluye que el aspartamo es posiblemente cancerígeno para los seres humanos.
Además de los estudios en animales, esta clasificación también se basa en datos humanos, en particular los de la prestigiosa cohorte francesa NutriNet-Santé, dirigida por el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica (INSERM) en 202271. Este estudio de gran escala ha monitorizado los hábitos alimentarios de más de 100.000 franceses a lo largo de 13 años. Mostró que el consumo regular de aspartamo estaría asociado con un aumento del 15% en el riesgo global de cáncer, con un riesgo aún mayor para el cáncer de mama, donde el aumento alcanza hasta el 22%. Las personas que consumen aspartamo regularmente —el equivalente a media lata de refresco al día— serían más propensas a desarrollar estos cánceres. Es el primer estudio en el mundo que establece una asociación tan precisa y rigurosamente verificada entre la exposición al aspartamo y el riesgo de cáncer. El CIRC lo considera como «el estudio más detallado y de mayor calidad» sobre la exposición humana a este edulcorante.

Un estudio epidemiológico anterior realizado por la Universidad de Harvard y publicado en 201272, que siguió a más de 120.000 estadounidenses durante más de 22 años, también identificó una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de bebidas edulcoradas artificialmente y un aumento del 31% del riesgo de linfoma no Hodgkiniano, así como un 102% del riesgo de mieloma múltiple.
Según algunos miembros del grupo de expertos del CIRC, el aspartamo incluso debería haber sido clasificado como «probablemente cancerígeno» (grupo 2A). En su opinión, el Instituto Ramazzini proporcionó pruebas suficientes de su potencial cancerígeno en animales70. Los investigadores del Instituto Ramazzini también cuestionaron la manera en que el CIRC trató los datos, acusándolo de infravalorar sus resultados. Concluyen que la evaluación del CIRC «podría haber estado guiada por consideraciones distintas a una evaluación científica imparcial de los datos disponibles», lo que sugiere un posible conflicto de interés dentro del grupo de trabajo del CIRC73.
Numerosos estudios en células humanas y animales han identificado mecanismos que podrían explicar la aparición de tumores. Según el CIRC, el más probable es el estrés oxidativo. Al digerirse, el aspartamo se transforma en sustancias que pueden generar radicales libres —moléculas inestables que, en grandes cantidades, pueden oxidar las células, causando daño celular. Con el tiempo, estos daños podrían alterar su funcionamiento y aumentar el riesgo de cáncer70.
Hoy en día, la sospecha de que el aspartamo sea cancerígeno se sustenta en un conjunto de pruebas provenientes de tres enfoques complementarios:
- En primer lugar, los estudios en animales realizados por el Instituto Ramazzini40,41,42, cuyo protocolo —más exigente que los estándares habituales— ha permitido obtener resultados ampliamente reconocidos por la comunidad científica.
- En segundo lugar, los estudios epidemiológicos en humanos, entre ellos uno considerado por el CIRC como el más completo y riguroso71, han evidenciado una asociación significativa entre el consumo de aspartamo y el aumento del riesgo de cáncer.
- Por último, las investigaciones mecanísticas han identificado un mecanismo de acción coherente que explica la aparición de tumores70.
La convergencia de estos datos, provenientes de métodos y disciplinas distintas, forma un conjunto de pruebas suficiente para que el CIRC considere que el aspartamo presenta un riesgo de cáncer posible en humanos.Las pocas investigaciones que han concluido que el aspartamo no representa un riesgo cancerígeno son frecuentemente financiadas por la industria. Además, presentan importantes limitaciones. Algunas se basan en metodologías cuestionables —como las utilizadas por Searle y Ajinomoto en los años 198021,22. Otras usan ratones modificados genéticamente, lo cual el CIRC considera inapropiado, ya que estos animales podrían ser insensibles al aspartamo70. Por último, ciertos estudios se centran en un solo tipo de cáncer o tienen periodos de observación demasiado cortos para detectar efectos a largo plazo. Por ello, la solidez científica de estos trabajos es mucho menor que la de los realizados de forma independiente y rigurosa.
Un edulcorante que podría favorecer la diabetes
Como otros edulcorantes artificiales, el aspartamo lleva años bajo sospecha de favorecer, a largo plazo, el desarrollo de la diabetes tipo 2.
Esta enfermedad crónica corresponde a un trastorno progresivo del mecanismo que regula la glucosa (nivel de azúcar) en sangre. Es la forma más común de diabetes: afecta a más de 460 millones de personas en el mundo, es decir, al 6 % de la población. Suele desarrollarse en la edad adulta, bajo la influencia de nuestros hábitos de vida. Los principales factores de riesgo son bien conocidos hoy en día: sedentarismo, alimentación desequilibrada, o tabaquismo74. Pero desde hace algunos años, los científicos sospechan que ciertos edulcorantes —especialmente el aspartamo— pueden contribuir al desarrollo de esta enfermedad.
Desde 2008, doce estudios de cohortes reconocidos como sólidos por la OMS75 han demostrado que el consumo regular de bebidas edulcoradas artificialmente podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Por ejemplo, un estudio francés publicado en 201376, realizado con 66.000 mujeres, reveló que las consumidoras habituales de estas bebidas tenían hasta el doble de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 que aquellas que no las consumían. De forma sorprendente, en ciertos escenarios este riesgo era comparable al observado en personas que consumen bebidas azucaradas, ya conocidas por favorecer la diabetes. Resultados comparables se observaron en estudios en humanos publicados en 200977 y 201478, así como en animales en 201779.
Se proponen tres mecanismos principales para explicar estos resultados:
- Los edulcorantes podrían mantener o intensificar el gusto por lo dulce, incitando al consumo de productos azucarados80.
- Los edulcorantes, en especial el aspartamo, podrían provocar respuestas fisiológicas similares a las del azúcar, al activar receptores del gusto dulce no solo en la lengua, sino también en el intestino y el páncreas. Un estudio estadounidense de 201081 mostró que el consumo de aspartamo provocaba un aumento del nivel de insulina comparable al del azúcar, 30 minutos después de la comida.
- Por último, los edulcorantes podrían alterar la microbiota intestinal, favoreciendo una inflamación crónica de bajo grado, que contribuye a la resistencia a la insulina y al riesgo de diabetes tipo 282.
En 2023, un estudio de la cohorte francesa NutriNet-Santé83, reconocido por su rigor metodológico, aportó resultados aún más precisos. Reveló que el consumo regular de incluso una pequeña cantidad de aspartamo podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre un 48% y un 63%. Los autores concluyeron que estos edulcorantes no pueden considerarse sustitutos seguros del azúcar, ni siquiera en dosis bajas.
Muchos otros estudios también han evidenciado una relación entre el consumo de edulcorantes y la diabetes84. Un estudio publicado en 2022 incluso llegó a afirmar que los edulcorantes —en especial el aspartamo— podrían «contribuir a la pandemia de diabetes en ciertos contextos»82.
Aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares
El aspartamo también está bajo sospecha de aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Estas patologías —como infartos, accidentes cerebrovasculares (ACV), trombosis venosa, embolias pulmonares, etc.— afectan al corazón y los vasos sanguíneos, y constituyen la principal causa de mortalidad mundial85.
En abril de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre los efectos de los edulcorantes75, basado en 280 estudios en humanos. De ellos, 56 se centraban específicamente en enfermedades cardiovasculares. Su síntesis muestra que los consumidores habituales de edulcorantes presentaban un 32 % más de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular y un 19 % más de sufrir un accidente cerebrovascular. Además, según la OMS, el consumo regular de edulcorantes favorece la hipertensión y el desequilibrio del colesterol, dos factores clave en las complicaciones cardiovasculares.
Estos resultados coinciden con los del estudio NutriNet-Santé francés, publicado en septiembre de 202286, que analizó específicamente el impacto del aspartamo en la salud cardiovascular. Reveló que los consumidores habituales presentaban un 17 % más de riesgo de ACV, una cifra cercana a la estimación de la OMS.
Ante estos hallazgos preocupantes, la OMS emitió una nueva recomendación en 2023, con un mensaje claro: «No consumir edulcorantes con el fin de reducir el peso corporal o el riesgo de enfermedades crónicas, incluidas las cardiovasculares.»87
Un estudio de 202588, basado en un protocolo reciente de análisis de enlaces químicos, aporta explicaciones adicionales. Indica que el aspartamo podría interactuar con varias proteínas y receptores del cerebro, provocando interferencias múltiples que favorecen la hipertensión y el riesgo de accidente cerebrovascular. Los investigadores incluso sugieren posibles incompatibilidades entre el consumo diario de aspartamo y el uso de medicamentos para reducir la presión arterial.
Un impacto nocivo sobre la microbiota
La microbiota intestinal designa al conjunto de miles de millones de microorganismos que habitan nuestros intestinos y juegan un papel esencial en nuestra salud89. Cuando se desequilibra, puede favorecer el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas90,91,92,93 (ver nuestro artículo sobre la microbiota).
En 2014, un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature fue el primero en demostrar un efecto negativo de los edulcorantes sobre la microbiota de personas sanas94. Los investigadores observaron una disminución de la diversidad microbiana. Este fenómeno, a largo plazo, podría favorecer trastornos metabólicos como la resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa, así como enfermedades crónicas como cáncer, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares.
Ese mismo año, otro estudio se centró específicamente en el aspartamo95. Mostró que incluso con dosis habituales —equivalentes a dos latas de refresco al día— el aspartamo podría alterar duraderamente el equilibrio de la microbiota intestinal.
Otros estudios publicados en 202096 han identificado un fenómeno agravante: el aspartamo podría dañar el epitelio intestinal, la delgada barrera que protege contra los patógenos. Su deterioro favorecería una inflamación crónica del intestino y debilitaría el sistema inmunitario, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas.
Se necesitan más estudios para entender mejor el vínculo entre los edulcorantes, la microbiota y las enfermedades crónicas. Pero esta hipótesis ya es ampliamente aceptada por la comunidad científica97,98,99. En su informe de 202275, la OMS también destacó que ciertas enfermedades crónicas podrían estar relacionadas con alteraciones de la microbiota provocadas por edulcorantes.
Sospecha de neurotoxicidad
Las primeras alertas sobre la posible neurotoxicidad del aspartamo se remontan a la década de 1970. En esa época, el neurocientífico John Olney observó que, incluso en dosis relativamente bajas, el edulcorante podía destruir las neuronas de roedores cuyo cerebro aún estaba en desarrollo100,101. Desde entonces, estas preocupaciones han reaparecido en varias ocasiones, impulsadas por nuevos estudios.
En 2008, los investigadores demostraron que el aspartamo se descompone en el organismo en tres sustancias102: fenilalanina, ácido aspártico y metanol, todas conocidas por interactuar con el sistema nervioso. Podrían alterar los neurotransmisores como la dopamina o la serotonina, y provocar dolores de cabeza, trastornos de la memoria o del sueño, cambios de humor, estrés o depresión4,103. También podrían generar estrés oxidativo en el cerebro, dañando las neuronas y favoreciendo su degeneración104.
Dos estudios de 2023105 y 2024106 mostraron que estos efectos se observaron en ratones con dosis muy bajas de aspartamo, comparables al consumo humano corriente. Los efectos aparecieron en solo cuatro semanas y —más preocupante aún— se transmitieron a la descendencia, lo que sugiere que los efectos cerebrales del aspartamo podrían heredarse.La OMS afirma que, en humanos, los resultados siguen siendo contradictorios: algunos estudios encuentran un vínculo entre el aspartamo y trastornos cognitivos —como un mayor riesgo de Alzhéimer— mientras que otros no encuentran ninguna asociación75. Se necesitan más estudios para saber si los efectos observados en animales también ocurren en humanos.
Una IDA obsoleta e insuficiente
La IDA (Ingesta Diaria Aceptable) representa la cantidad máxima de una sustancia que una persona puede consumir diariamente durante toda su vida sin riesgo para la salud. Se calcula en función del peso corporal y se expresa en miligramos (mg) por kilogramo (kg) de peso107.
Este límite es establecido por agencias de evaluación de riesgos, como la EFSA en Europa o la FDA en EE. UU. Para ello, se identifica la dosis más baja que causa un efecto nocivo en animales y luego se le aplica un factor de seguridad (generalmente 100). Sin embargo, este método presenta limitaciones importantes, como se verá más adelante.
Un umbral definido por los fabricantes en la década de 1970
La IDA actual (Ingesta Diaria Admisible) del aspartamo se basa en estudios antiguos y controvertidos. En 1980, el JECFA —el comité encargado de fijar las IDA a nivel mundial— estableció este límite en 40 mg/kg de peso corporal/día108. Esta decisión fue ampliamente influenciada por la FDA, cuyos científicos también formaban parte del JECFA109. Además, en ese momento, la FDA era la única entidad que poseía todos los datos toxicológicos disponibles, pero no permitió que el JECFA evaluara plenamente el fraude ni las deficiencias metodológicas de los estudios. De hecho, estos problemas no aparecen mencionados en los informes del JECFA.
Para definir esta IDA, el JECFA se basó en estudios financiados por Ajinomoto y Searle. El estudio principal se llevó a cabo en 1981 sobre ratas por Ajinomoto22 —estudio ya muy cuestionado por su metodología12,110.
En 1983, la FDA adoptó una IDA aún más permisiva de 50 mg/kg/día, sin basarse en nuevos estudios111.
En Europa, la EFSA también fijó en 1984 la IDA en 40 mg/kg/día, coincidiendo con la aprobación del uso del aspartamo112. La EFSA confió ampliamente en las evaluaciones de la FDA y del JECFA, sin exigir estudios adicionales58. En su informe, reconoció haber evaluado una cantidad limitada de datos, sin especificar los estudios ni sus resultados. Más tarde, durante una audiencia en el Parlamento Europeo en 2011, la EFSA admitió que el comité científico de la época, en realidad, nunca había tenido acceso a los estudios originales de Searle y Ajinomoto y había autorizado el aspartamo en toda la Unión Europea con los ojos cerrados112.
Un statu quo mantenido en 2013 sin justificación
En 201334, la EFSA revaluó el aspartamo y mantuvo la IDA fijada en 1984: 40 mg/kg de peso corporal/día113. Según estimaciones de la OMS, eso equivale a un consumo diario de entre 9 y 14 latas de refresco114,115 —una cantidad que puede parecer exagerada, y por tanto falsamente tranquilizadora.
Sin embargo, como ya se mencionó, esta revaluación fue objeto de numerosas críticas, principalmente por la selección sesgada de los estudios. De hecho, la EFSA tendió a privilegiar estudios favorables al aspartamo, financiados por la industria, y a descartar aquellos que señalaban riesgos, incluso cuando usaban una metodología más sólida que los estudios seleccionados36,57.
La agencia afirma basarse en el controvertido estudio de 1981 financiado por Ajinomoto, fabricante de aspartamo22. Su informe nunca menciona los defectos metodológicos graves del estudio. Uno de los principales problemas es la falta de datos sobre la pureza del aspartamo70: hoy en día, no se puede afirmar con certeza que la sustancia administrada a las ratas fuera realmente aspartamo. Para descartar esta crítica, la EFSA simplemente declara que, en todos los estudios a largo plazo, «se considera que la pureza del aspartamo utilizado es del 100 %»34.

La credibilidad de la reevaluación de 2013 también se vio debilitada por las revelaciones de conflictos de interés entre ciertos expertos de la EFSA y la industria del aspartamo57,59,62. Estos conflictos llevaron a la adopción de una ley europea en 2019 para reforzar la transparencia e integridad científica dentro de la EFSA65,116. Este fue un paso adelante, aunque nunca condujo a la reapertura del expediente del aspartamo ni a la reevaluación de su IDA.
En 2023, el JECFA también decidió mantener sin cambios la IDA del aspartamo114,117, basándose de nuevo en el estudio de 1981 financiado por Ajinomoto118.
No obstante, varios actores —entre ellos la ONG europea Foodwatch119 y la estadounidense U.S. Right to Know120— señalaron las mismas deficiencias en el JECFA: sesgo en la selección de estudios, la participación de seis expertos que colaboraban con ILSI y graves lagunas de transparencia sobre los conflictos de interés.
Riesgos importantes excluidos de los criterios de evaluación
Además de basarse en estudios antiguos y controvertidos, la IDA del aspartamo fijada en Europa se apoya en investigaciones que no abarcan todos los posibles efectos tóxicos de esta sustancia.
Para establecer una IDA, las autoridades sanitarias se basan únicamente en estudios realizados en animales (ratas, ratones o conejos) expuestos durante dos años a una sustancia cuya composición y pureza se supone perfectamente conocida. Los efectos considerados son únicamente los visibles en exámenes biológicos, como: variaciones de peso, anomalías en el desarrollo o el funcionamiento de los órganos, impactos en la reproducción o la fertilidad, efectos en la descendencia, aparición de tumores u otras anomalías.
Sin embargo, estos modelos animales no siempre permiten identificar todos los efectos nocivos en humanos. Algunos impactos —sobre el comportamiento, la memoria, el apetito, o los efectos «cóctel» vinculados a la exposición simultánea a otras sustancias comunes (medicamentos, aditivos, pesticidas, etc.)— son difíciles, o incluso imposibles, de detectar con este enfoque. Esta limitación probablemente lleva a subestimar ciertos riesgos, como la posible neurotoxicidad del aspartamo o el desarrollo progresivo de resistencia a la insulina. La OMS también indicó, en la introducción de su informe de 2022121, que «los efectos a largo plazo del consumo de edulcorantes en niveles inferiores a la IDA no están bien caracterizados».
Además, los datos humanos no se tienen en cuenta para establecer la IDA. Estos umbrales se determinan generalmente cuando una nueva sustancia recibe autorización para su comercialización. Mientras que los ensayos clínicos en humanos son obligatorios para los medicamentos, no ocurre lo mismo con los aditivos alimentarios. Desde un punto de vista ético, sería difícil justificar la exposición de voluntarios a una molécula desconocida únicamente para validar su comercialización, especialmente cuando un aditivo alimentario no aporta ningún beneficio terapéutico. Por tanto, los datos humanos se examinan posteriormente, principalmente mediante estudios epidemiológicos. Estos tienen como objetivo determinar, una vez que el aditivo ya está presente en la dieta, si los consumidores habituales presentan una mayor frecuencia de ciertas enfermedades que la población general. Varios científicos han calificado la IDA como un «procedimiento artesanal que mezcla ciencia y suposiciones»122 y han pedido «un enfoque más riguroso basado en datos humanos»123.
Varios estudios epidemiológicos –realizados en humanos– han puesto de relieve efectos nocivos del aspartamo en dosis autorizadas, comúnmente consumidas y muy por debajo de la IDA. Estas investigaciones señalan, por ejemplo, un aumento del riesgo de cáncer124, enfermedades cardiovasculares125 y diabetes tipo 2126 en dosis casi 200 veces inferiores a la IDA, es decir, el equivalente a media lata de refresco al día. También se ha observado, en personas que consumen un solo refresco «“sin azúcar»” al día, un mayor riesgo de obesidad127, así como un mayor peso al nacer en recién nacidos128. Sin embargo, estos estudios no se incluyen en el cálculo de la IDA, ya que no permiten determinar una dosis sin riesgo, a diferencia de los estudios con animales.
Además, durante la reevaluación de la EFSA en 201334, no se tuvieron en cuenta los estudios animales sobre riesgos emergentes, como los efectos sobre la microbiota intestinal. Sin embargo, estos riesgos se consideran hoy en día preocupantes, dadas las posibles consecuencias graves que podría causar una alteración de la microbiota provocada por el aspartamo129.
Por lo tanto, el umbral actual de la IDA es incompleto y no protege adecuadamente la salud pública, lo que hace que la falta de revisión de la IDA resulte aún más preocupante.
Un edulcorante sin beneficio para el peso
Desde su autorización, el aspartamo se ha presentado como una alternativa al azúcar que permite reducir la ingesta calórica y controlar mejor el peso. Este argumento puede parecer lógico en teoría.
Sin embargo, cada vez más estudios cuestionan esta afirmación. En 2015, la ANSES (Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y el Trabajo) publicó un informe basado en 383 publicaciones científicas130. Concluyó que los edulcorantes, incluido el aspartamo, no han demostrado aportar ningún beneficio claro ni para la pérdida de peso ni para el control glucémico. Estos resultados también se observaron en personas sanas y en personas con diabetes.
Las conclusiones de la ANSES coinciden con las del informe de la OMS publicado en 202275. De hecho, los estudios a corto plazo (menos de 12 meses) sugieren un ligero efecto sobre la pérdida de peso o la reducción del perímetro abdominal en personas que buscan adelgazar131. Sin embargo, a largo plazo, los estudios de cohorte realizados durante 4 a 9 años muestran una tendencia inversa: un mayor consumo de edulcorantes se asocia con un aumento de 2,6 cm en el perímetro abdominal132. La OMS incluso informa que el consumo regular de edulcorantes está asociado con un aumento del 76 % en el riesgo de obesidad, así como con un aumento significativo del índice de masa corporal (IMC). En conclusión, la OMS recomienda claramente «no utilizar edulcorantes con fines de pérdida de peso». En los niños, la ANSES señala asimismo que la mayoría de los estudios de seguimiento a largo plazo muestran, de forma paradójica, una asociación entre el consumo regular de edulcorantes y el aumento de peso133.
Aún más preocupante: un estudio canadiense de 2020128, realizado con más de 2.200 mujeres embarazadas, muestra que los bebés expuestos al aspartamo in utero presentan un peso significativamente mayor al nacer que los no expuestos. Estos bebés también presentan un mayor riesgo de complicaciones metabólicas, como la resistencia a la insulina o la acumulación de grasa en los tejidos —factores que aumentan su susceptibilidad a un aumento de peso más adelante y favorecen el desarrollo de obesidad en la infancia o en la edad adulta.El mecanismo exacto detrás de este efecto aún no se comprende completamente. Se han propuesto varias hipótesis: una activación inadecuada de los receptores del gusto dulce, una alteración de la tolerancia a la glucosa134, el desarrollo progresivo de una resistencia a la insulina o una alteración de la microbiota intestinal135.
Conclusión
El principio de precaución está en el centro del sistema regulatorio europeo, donde está consagrado en la ley desde 2002136. Sin embargo, la historia del aspartamo muestra cómo este principio puede debilitarse cuando la evaluación de riesgos queda ahogada bajo la influencia de los lobbies industriales.
La cuestión ya no es simplemente saber si el aspartamo representa un riesgo para la salud, sino si nuestras autoridades siguen siendo capaces de proteger eficazmente a los consumidores.
Ante esta situación, es esencial que se escuche una voz clara: los intereses económicos no deben dictar las decisiones que afectan a la salud pública. Ese es el mensaje contundente de la petición respaldada por Yuka, Foodwatch y la Liga contra el cáncer, que exige a la Comisión Europea prohibir el aspartamo. La salud nunca debería ser un elemento sacrificable ante los intereses económicos.
- ¹ Valavanidis, 2023. Aspartame, Artificial Sweetener, Credible Evidence that is Potentially Carcinogenic? IARC will decide in 2023 if an increased risk of cancer is associated with Aspartame consumption. https://www.researchgate.net/profile/Athanasios-Valavanidis/publication/372344870_Aspartame_Artificial_Sweetener_Credible_Evidence_that_is_Potentially_Carcinogenic_IARC_will_decide_in_2023_if_an_increased_risk_of_cancer_is_associated_with_Aspartame_consumption/links/64b11080c41fb852dd6ff270/Aspartame-Artificial-Sweetener-Credible-Evidence-that-is-Potentially-Carcinogenic-IARC-will-decide-in-2023-if-an-increased-risk-of-cancer-is-associated-with-Aspartame-consumption.pdf
- ² Shaher et al, 2023. Aspartame Safety as a Food Sweetener and Related Health Hazards. https://www.mdpi.com/2072-6643/15/16/3627
- ³ Market prices: aspartame USD 10,49 per kg (https://www.imarcgroup.com/aspartame-pricing-report
- (Germany)), sugar USD 0,5 per kg (https://www.statista.com/statistics/675828/average-prices-sugar-worldwide/
- ). Achieving same sweetness (aspartame 200x that of sugar) USD 0,5 for sugar and USD 0,05 for aspartame needed (calculation made on December 6, 2024).
- ⁴ Czarnecka et al, 2021. Aspartame—True or False? Narrative Review of Safety Analysis of General Use in Products. Nutrients. 2021 Jun 7;13(6):1957. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC8227014/
- ⁵ Food and Drug Administration, 1974. Rules and Regulations. Federal Register, vol. 39, no. 145 - Friday, July 26, 1974. https://archives.federalregister.gov/issue_slice/1974/7/26/27316-27320.pdf#page=2
- ⁶ Mission Possible, 2006. Report for schools, ob-gyn and pediatricians on children and aspartame/MSG. Prepared By Mission Possible, Dr. Betty Martini. https://citeseerx.ist.psu.edu/document?repid=rep1&type=pdf&doi=d0041fbf9e37d3c641bab2a336221cf41a9933bd
- ⁷ Food and Drug Administration, 1975. Rules and Regulations. Federal Register, vol. 40, no. 235 - Friday, December 5, 1975. https://archives.federalregister.gov/issue_slice/1975/12/5/56899-56910.pdf
- ⁸ Committee on Toxicity of Chemicals in Food, Consumer Products and the Environment, 1990. Aspartame - Validity of Searle toxicity studies. TOX/90/44. https://data.parliament.uk/DepositedPapers/Files/DEP2013-0273/8TOX9044.pdf
- ⁹ Swankin and Turner. Aspartame / NutraSweet, The History of the Aspartame Controversy. http://www.swankin-turner.com/hist.html
- ¹⁰ The Guardian, 2005. Safety of artificial sweetener called into question by MP. https://www.theguardian.com/politics/2005/dec/15/foodanddrink.immigrationpolicy
- ¹¹ Blaylock, 2006. Aspartame Is An Excitoneurotoxic Carcinogenic Drug! https://citeseerx.ist.psu.edu/document?repid=rep1&type=pdf&doi=eef405cbc0079082949016cd279a13a542588958
- ¹² Mullarkey and Newman, 1994. Sweet Delusion. How safe is your artificial sweetener ? Part one: the hidden history of Aspartame. https://ia800109.us.archive.org/11/items/OnAspartameMsg/SweetDelusion.pdf
- ¹³ Broer, 2002. Aspartame: a chronicle of crime. Fit at forty-sixty and beyond. The in-depth health and nutrition analysis. Vol. 1, no 2, article 3. https://irp.cdn-website.com/6b820530/files/uploaded/Aspartame%20Dangers.pdf
- ¹⁴ Smyth, 1983. The FDA’s Public Board of Inquiry and the Aspartame Decision. Indiana Law Journal, vol. 58, issue 4. https://www.repository.law.indiana.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=2268&context=ilj
- ¹⁵ Nill, 2000. The History of Aspartame. Harvard Library. https://dash.harvard.edu/server/api/core/bitstreams/7312037c-a98d-6bd4-e053-0100007fdf3b/content
- ¹⁶ UK Parliament. Artificial Sweeteners. 14 Dec 2005 : Column 491WH-continued. https://publications.parliament.uk/pa/cm200506/cmhansrd/vo051214/halltext/51214h05.htm
- ¹⁷ Food and Drug Administration, 1981. Federal Register, vol. 46, no. 142, Friday, July 24, 1981, Notices. https://archives.federalregister.gov/issue_slice/1981/7/24/38256-38289.pdf#page=30
- ¹⁸ Sykes, 2015. The Aspartame Controversy of 1981. The Hidden Truth Behind the Not-So-Sweet Artificial Sweetener. https://vtechworks.lib.vt.edu/server/api/core/bitstreams/a814bc16-5c18-4e53-82eb-6472e092e7af/content
- ¹⁹ Shapiro, 1986. Scientific Issues and the Function of Hearing Procedures: Evaluating the FDA’s Public Board of Inquiry. https://scholarship.law.duke.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=2944&context=dlj
- ²⁰ Millstone, 2019. Aspartame Chronology. https://www.sussex.ac.uk/webteam/gateway/file.php?name=doc-3---chronology-metzenbaum-1986002.pdf&site=25
- ²¹ Ishii, 1981. Incidence of brain tumors in rats fed aspartame. Toxicology Letters. 1981 Mar;7(6):433-7.https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7245229/
- ²² Ishii et al, 1981. Toxicity of aspartame and its diketopiperazine for Wistar rats by dietary administration for 104 weeks. Toxicology, 1981;21(2):91-4. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7281205/
- ²³ Soffritti et al, 2014. The Carcinogenic Effects of Aspartame: The Urgent Need for Regulatory Re-Evaluation. American Journal of industrial Medicine. 57:383–397 (2014). https://www.ramazzini.org/wp-content/uploads/2009/02/The-carcinogenic-effects-of-aspartame_The-urgent-need-for-regulatory-re-evaluation-2014.pdf
- ²⁴ National Cancer Institute, 1976. Guideline for Carcinogen Bioassay in Small Rodents. NCI-CG-TR-1. https://ntp.niehs.nih.gov/sites/default/files/ntp/htdocs/lt_rpts/tr001.pdf
- ²⁵ Jacobs and Hatfield, 2012. History of Chronic Toxicity and Animal Carcinogenicity Studies for Pharmaceuticals. Veterinary Pathology. 2012;50(2):324-333. https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/0300985812450727
- ²⁶ Condon, 1981. Memorandum: Aspartame- Dissenting Opinion on the Brain Tumor Issue. May. 19, 1981. https://www.sussex.ac.uk/webteam/gateway/file.php?name=doc-18---condon-to-levitt-19may1981.pdf&site=25
- ²⁷ Government Accountability Office, 1986. Six Former HHS Employees’s Involvement in Aspartame’s Approval. Food and Drug Administration. Briefing report to the Honorable Howard Metzenbaum United State Senate. https://www.gao.gov/assets/hrd-86-109br.pdf
- ²⁸ The Ecologist, 2005. Aspartame. September 2005. https://h2rc2.com/Ecogypt/page1/page17/assets/AspartameResearch.pdf
- ²⁹ Huffpost, 2011. Donald Rumsfeld and the Strange History of Aspartame. https://www.huffpost.com/entry/donald-rumsfeld-and-the-s_b_805581
- ³⁰ Food and Drug Administration, 2020. Arthur Hull Hayes. https://www.fda.gov/about-fda/fda-leadership-1907-today/arthur-hayes
- ³¹ Government of Canada, 2023. L’aspartame. https://www.canada.ca/fr/sante-canada/services/aliments-nutrition/salubrite-aliments/additifs-alimentaires/succedanes-sucre/aspartame-edulcorants-artificiels.html
- ³² news.com.au. ‘Increased risk’: Warning over cult diet drinks after animal study. https://www.news.com.au/lifestyle/health/health-problems/warning-over-cult-diet-drink-revealed/news-story/58b3bea834a099dc9bf2fbef3d65d266
- ³³ European Food Safety Authority, 2011. EFSA publishes original industry studies on aspartame. https://www.efsa.europa.eu/en/press/news/111124-0
- ³⁴ European Food Safety Authority, 2013. Scientific Opinion on the re-evaluation of aspartame (E 951) as a food additive. EFSA Journal 2013;11(12):3496. https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.2903/j.efsa.2013.3496
- ³⁵ European Food Safety Authority, 2023. Aspartame. https://www.efsa.europa.eu/en/topics/topic/aspartame
- ³⁶ Millstone et Dawson, 2019. EFSA’s toxicological assessment of aspartame: was it even-handedly trying to identify possible unreliable positives and unreliable negatives? Arch Public Health 77, 34 (2019). https://archpublichealth.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13690-019-0355-z
- ³⁷ Martini, 1997. Researchers call for further studies after identifying a possible link between aspartame and brain tumors. https://www.sott.net/article/149206-Dr-John-Olney-on-Brain-tumors-and-aspartame
- ³⁸ Mandrioli et al, 2016. Relationship between Research Outcomes and Risk of Bias, Study Sponsorship, and Author Financial Conflicts of Interest in Reviews of the Effects of Artificially Sweetened Beverages on Weight Outcomes: A Systematic Review of Reviews. PLoS One. 2016 Sep 8;11(9):e0162198. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5015869/
- ³⁹ Azad et al, 2017. Nonnutritive sweeteners and cardiometabolic health: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials and prospective cohort studies. CMAJ. 2017 Jul 17;189(28):E929-E939. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC5515645/
- ⁴⁰ Soffritti et al, 2005. First Experimental Demonstration of the Multipotential Carcinogenic Effects of Aspartame Administered in the Feed to Sprague-Dawley Rats. Environmental Health Perspectives Volume 114, Issue 3. Pages 379 - 385. https://ehp.niehs.nih.gov/doi/abs/10.1289/ehp.8711
- ⁴¹ Belpoggi et al, 2006. Results of Long-Term Carcinogenicity Bioassay on Sprague-Dawley Rats Exposed to Aspartame Administered in Feed. Annals of the New york Academy of Sciences. https://nyaspubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1196/annals.1371.080
- ⁴² Soffritti et al, 2007. Life-Span Exposure to Low Doses of Aspartame Beginning during Prenatal Life Increases Cancer Effects in Rats. Environmental Health Perspectives, Volume 115, Issue 9, Pages 1293 - 129. https://ehp.niehs.nih.gov/doi/full/10.1289/ehp.10271
- ⁴³ Huff, 2006. Chemicals Studied and Evaluated in Long-Term Carcinogenesis Bioassays by Both the Ramazzini Foundation and the National Toxicology Program. Annuals of the New York Academy of Sciences, Volume 982, Issue 1. https://nyaspubs.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1749-6632.2002.tb04935.x
- ⁴⁴ The Organisation for Economic Co-operation and Development, 2018. OECD 451. OECD Guideline for the testing of Chemicals: Carcinogenicity Studies. https://www.oecd.org/content/dam/oecd/en/publications/reports/2018/06/test-no-451-carcinogenicity-studies_g1gh2955/9789264071186-en.pdf
- ⁴⁵ European Food Safety Authority, 2006. EFSA assesses new aspartame study and reconfirms its safety. https://www.efsa.europa.eu/en/news/efsa-assesses-new-aspartame-study-and-reconfirms-its-safety
- ⁴⁶ Soffritti et al, 2014. The Carcinogenic Effects of Aspartame: The Urgent Need for Regulatory Re-Evaluation. American Jounal of Industral Medicine 57:383–397 (2014). https://www.ramazzini.org/wp-content/uploads/2009/02/The-carcinogenic-effects-of-aspartame_The-urgent-need-for-regulatory-re-evaluation-2014.pdf
- ⁴⁷ Huff et al, 2016. The limits of two-year bioassay exposure regimens for identifying chemical carcinogens. Environ Health Perspect. 2008 Nov;116(11):1439-42. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19057693/
- ⁴⁸ Landrigan and Straif, 2021. Aspartame and cancer – new evidence for causation. Environ Health 20, 42 (2021). https://ehjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12940-021-00725-y
- ⁴⁹ Gnudi et al, 2023. Hemolymphoreticular Neoplasias from the Ramazzini Institute Long-term Mice and Rat Studies on Aspartame. Annals of Global Health, 89(1), p. 43. https://annalsofglobalhealth.org/articles/10.5334/aogh.4163
- ⁵⁰ International Agency for Research on Cancer, 2024. Aspartame, Methyleugenol, and Isoeugenol IARC Monographs on the Identification of Carcinogenic Hazards to Humans Volume 134. https://publications.iarc.who.int/627
- ⁵¹ Magnuson et al, 2007. Aspartame: a safety evaluation based on current use levels, regulations, and toxicological and epidemiological studies. Crit Rev Toxicol. 2007;37(8):629-727. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17828671/
- ⁵² Aspartame.org, 2006. Comprehensive Review of Ramazzini Study Demonstrates No Scientific Evidence of Aspartame and Cancer Link. https://aspartame.org/comprehensive-review-ramazzini-study-demonstrates-no-scientific-evidence-aspartame-cancer-link/
- ⁵³ Soffritti, 2008. Carcinogenicity of Aspartame: Soffritti Responds. Environmental Health Perspectives, Volume 116, Issue 6, Page A240. https://ehp.niehs.nih.gov/doi/full/10.1289/ehp.10881R
- ⁵⁴ Collegium Ramazzini, 2011. Confirmation of the Experimental Carcinogenicity of Aspartame. https://collegiumramazzini.org/news/detail/211
- ⁵⁵ Center for Science in the Public Interest, 2013. Evaluation of Ramazzini Institute Aspartame Studies – and EFSA’s Assessment. Lisa Y. Lefferts, MSPH Senior Scientist. https://www.efsa.europa.eu/sites/default/files/event/documentset/130409-p06.pdf
- ⁵⁶ Foodwatch, 2025. Clean Washing Aspartame. Why aspartame needs to be banned, based on independent science. https://www.foodwatch.org/fileadmin/-INT/additives/2025-02-04_foodwatch-report-aspartame.pdf
- ⁵⁷ Réseau Environnement Santé, 2013. Analyse du rapport EFSA “Draft Opinion on the Re-Evaluation of Aspartame (E 951) as a Food Additive” https://reseau-environnement-sante.fr/wp-content/uploads/2016/01/AnalyseRapport-EFSAJanv2013-VF.pdf
- ⁵⁸ Marie-Monique Robin, 2011. Extract of the movie « Our Daily Poison » - https://www.youtube.com/watch?v=3CBXDU4cKNE
- ⁵⁹ Corporate Europe Observatory, 2011. Exposed: conflicts of interest among EFSA’s experts on food additives. https://corporateeurope.org/sites/default/files/publications/efsa_ans_panel.pdf
- ⁶⁰ U.S. Right to Know, 2023. International Life Sciences Institute (ILSI) is a food industry lobby group. September 16, 2023. https://usrtk.org/pesticides/ilsi-is-a-food-industry-lobby-group/
- ⁶¹ European Parliament, 2014. REPORT on discharge in respect of the implementation of the budget of the European Food Safety Authority for the financial year 2012. A7-0219/2014. https://www.europarl.europa.eu/doceo/document/A-7-2014-0219_EN.html?redirect
- ⁶² Corporate Europe Observatory, 2020. Conflicts of interest scandals at EFSA: A non-exhaustive chronology of recent events. https://corporateeurope.org/en/food-and-agriculture/efsa/chronology
- ⁶³ European Food Safety Authority, 2014. Decision of the Executive Director on Declarations of Interest. EFSA/LRA/DEC/02/2014. https://www.efsa.europa.eu/sites/default/files/corporate_publications/files/independencerules2014.pdf
- ⁶⁴ European Food Safety Authority, 2015. Increasing robustness, transparency and openness of scientific assessments. https://efsa.onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.2903/j.efsa.2015.e13031
- ⁶⁵ Regulation (EU) 2019/1381 of the European Parliament and of the Council - https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=uriserv:OJ.L_.2019.231.01.0001.01.ENG&toc=OJ:L:2019:231:TOC
- ⁶⁶ Soffritti et al, 2014. The Carcinogenic Effects of Aspartame: The Urgent Need for Regulatory Re-Evaluation. American Journal of Industrial Medicine. https://www.ramazzini.org/wp-content/uploads/2009/02/The-carcinogenic-effects-of-aspartame_The-urgent-need-for-regulatory-re-evaluation-2014.pdf
- ⁶⁷ Doueihy et al, 2025. Aspartame and Human Health: A Mini-Review of Carcinogenic and Systemic Effects. J Xenobiot. 2025 Jul 7;15(4):114. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC12286081/#notes2
- ⁶⁸ Le Point, 2011. Aspartame, un scandale sanitaire en cours. https://www.lepoint.fr/sante/aspartame-un-scandale-sanitaire-en-cours-15-09-2011-1373463_40.php
- ⁶⁹ International Agency for Research on Cancer, 2024. IARC Monographs Volume 134: Aspartame, methyleugenol, and isoeugenol. 13 September 2024. https://www.iarc.who.int/news-events/iarc-monographs-volume-134-aspartame-methyleugenol-and-isoeugenol/
- ⁷⁰ International Agency for Research on Cancer, 2024. Aspartame, methyleugenol, and isoeugenol. IARC Monographs on the Identification of Carcinogenic Hazards to Humans, No. 134. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK609291/
- ⁷¹ Debras et al, 2022. Artificial sweeteners and cancer risk: Results from the NutriNet-Santé population-based cohort study. PLoS Med. 2022 Mar 24;19(3):e1003950. https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.1003950
- ⁷² Schernhammer et al, 2012. Consumption of artificial sweetener- and sugar-containing soda and risk of lymphoma and leukemia in men and women. Am J Clin Nutr. 2012 Dec;96(6):1419-28. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0002916523029209?via%3Dihub
- ⁷³ Landrigan et al, 2025. Irregularities in the IARC Working Group Evaluation of Ramazzini Institute Aspartame Studies. Ann Glob Health. 2025 Jun 6;91(1):28. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC12143253/
- ⁷⁴ World Health Organization, 2024. Diabetes. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/diabetes
- ⁷⁵ World Health Organization, 2022. Health effects of the use of non-sugar sweeteners: a systematic review and meta-analysis. https://www.who.int/publications/i/item/9789240046429
- ⁷⁶ Fagherazzi et al, 2013. Consumption of artificially and sugar-sweetened beverages and incident type 2 diabetes in the Etude Epidemiologique aupres des femmes de la Mutuelle Generale de l'Education Nationale-European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition cohort. Am J Clin Nutr. 2013 Mar;97(3):517-23. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0002916523054412?via%3Dihub
- ⁷⁷ Nettleton et al, 2009. Diet soda intake and risk of incident metabolic syndrome and type 2 diabetes in the Multi-Ethnic Study of Atherosclerosis (MESA). Diabetes Care. 2009 Apr;32(4):688-94. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC2660468/
- ⁷⁸ Sakurai et al, 2014. Sugar-sweetened beverage and diet soda consumption and the 7-year risk for type 2 diabetes mellitus in middle-aged Japanese men. Eur J Nutr. 2014 Feb;53(1):251-8. doi: 10.1007/s00394-013-0523-9. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23575771/
- ⁷⁹ Gul et al, 2017. Inhibition of the gut enzyme intestinal alkaline phosphatase may explain how aspartame promotes glucose intolerance and obesity in mice. Appl Physiol Nutr Metab. 2017 Jan;42(1):77-83. https://cdnsciencepub.com/doi/full/10.1139/apnm-2016-0346
- ⁸⁰ Fowler et al, 2012. Fueling the obesity epidemic? Artificially sweetened beverage use and long-term weight gain. Obesity (Silver Spring). 2008 Aug;16(8):1894-900. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1038/oby.2008.284
- ⁸¹ Anton et al, 2010. Effects of stevia, aspartame, and sucrose on food intake, satiety, and postprandial glucose and insulin levels. Appetite. 2010 Aug;55(1):37-43. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0195666310000826
- ⁸² Suez et al, 2022. Personalized microbiome-driven effects of non-nutritive sweeteners on human glucose tolerance. Cell. 2022 Sep 1;185(18):3307-3328.e19. https://www.cell.com/cell/fulltext/S0092-8674(22)00919-9
- ⁸³ Debras et al, 2023. Artificial Sweeteners and Risk of Type 2 Diabetes in the Prospective NutriNet-Santé Cohort. Diabetes Care. 2023 Sep 1;46(9):1681-1690. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10465821/
- ⁸⁴ Malik and Hu, 2012. Sweeteners and Risk of Obesity and Type 2 Diabetes: The Role of Sugar-Sweetened Beverages. Curr Diab Rep. 2012 Jan 31. https://link.springer.com/article/10.1007/s11892-012-0259-6
- ⁸⁵ World Health Organization, 2025. Cardiovascular diseases (CVDs). https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds)
- ⁸⁶ Debras et al, 2022. Artificial sweeteners and risk of cardiovascular diseases: results from the prospective NutriNet-Santé cohort. BMJ. 2022 Sep 7;378:e071204. https://www.bmj.com/content/378/bmj-2022-071204.full
- ⁸⁷ World Health Organization, 2023. Use of non-sugar sweeteners. WHO guideline. https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/367660/9789240073616-eng.pdf?sequence=1
- ⁸⁸ Zhang et al, 2025. Aspartame and ischemic stroke: unraveling the molecular link through network toxicology and molecular docking analysis. Sci Rep. 2025 Jul 4;15(1):23871. https://www.nature.com/articles/s41598-025-08898-z
- ⁸⁹ Valdes et al, 2018. Role of the gut microbiota in nutrition and health. BMJ. 2018 Jun 13;361:k2179. https://www.bmj.com/content/361/bmj.k2179
- ⁹⁰ Qin et al, 2012. A Metagenome-Wide Association Study of the Gut Microbiome and Metabolic Syndrome. Front Microbiol. 2021 Jul 16;12:682721. https://www.nature.com/articles/nature11450
- ⁹¹ Huybrechts et al, 2021. The Human Microbiome in Relation to Cancer Risk: A Systematic Review of Epidemiologic Studies. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 2020 Oct;29(10):1856-1868. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7541789/#S15
- ⁹² Tang et al, 2013. Intestinal microbial metabolism of phosphatidylcholine and cardiovascular risk. N Engl J Med. 2013 Apr 25;368(17):1575-84. https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMoa1109400
- ⁹³ Baothman et al, 2016. The role of Gut Microbiota in the development of obesity and Diabetes. Lipids Health Dis. 2016 Jun 18;15:108. https://link.springer.com/article/10.1186/s12944-016-0278-4
- ⁹⁴ Suez et al, 2014. Artificial sweeteners induce glucose intolerance by altering the gut microbiota. Nature. 2014 Oct 9;514(7521):181-6. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25231862/
- ⁹⁵ Palmnäs et al, 2014. Low-dose aspartame consumption differentially affects gut microbiota-host metabolic interactions in the diet-induced obese rat. PLoS One. 2014 Oct 14;9(10):e109841. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0109841
- ⁹⁶ Shil et al, 2020. Artificial Sweeteners Disrupt Tight Junctions and Barrier Function in the Intestinal Epithelium through Activation of the Sweet Taste Receptor, T1R3. Nutrients. 2020 Jun 22;12(6):1862. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC7353258/
- ⁹⁷ Pepino, 2016. Metabolic effects of non-nutritive sweeteners. Physiol Behav. 2015 Dec 1;152(Pt B):450-5. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4661066/
- ⁹⁸ Rother et al, 2018. How Non-nutritive Sweeteners Influence Hormones and Health. Trends Endocrinol Metab. 2018 Jul;29(7):455-467. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29859661/
- ⁹⁹ Angelin et al, 2024. Artificial sweeteners and their implications in diabetes: a review. Front Nutr. 2024 Jun 25;11:1411560. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC11233937/#B5
- ¹⁰⁰ Olney and Ho, 1970. Brain damage in infant mice following oral intake of glutamate, aspartate or cysteine. Nature. 1970 Aug 8;227(5258):609-11. https://www.nature.com/articles/227609b0
- ¹⁰¹ Olney, 1979. Excitotoxic Amino Acids: Research Applications and Safety Implications. https://www.ajinomoto.com.my/sites/default/files/paragraph/side-by-side/files/excitotoxic-amino-acids.pdf
- ¹⁰² Humphries et al, 2008. Direct and indirect cellular effects of aspartame on the brain. Eur J Clin Nutr. 2008 Apr;62(4):451-62. https://www.nature.com/articles/1602866
- ¹⁰³ Choudhar and Lee, 2018. The debate over neurotransmitter interaction in aspartame usage. J Clin Neurosci. 2018 Oct;56:7-15. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0967586818305770
- ¹⁰⁴ Ashok et al, 2015. Neurobehavioral changes and activation of neurodegenerative apoptosis on long-term consumption of aspartame in the rat brain. Journal of Nutrition & Intermediary Metabolism, Vol. 2, Issues 3-4, December 2015, Pages 76-85. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352385915300025
- ¹⁰⁵ Jones et al, 2023. Learning and memory deficits produced by aspartame are heritable via the paternal lineage. Sci Rep. 2023 Aug 31;13(1):14326. https://www.nature.com/articles/s41598-023-41213-2
- ¹⁰⁶ Bai et al, 2024. Non-nutritive Sweetener Aspartame Disrupts Circadian Behavior and Causes Memory Impairment in Mice. J Agric Food Chem. 2024 Oct 23;72(42):23478-23492. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/39382230/
- ¹⁰⁷ European Food Safety Authority, 2025. ADI. https://www.efsa.europa.eu/en/glossary/adi
- ¹⁰⁸ Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives, 1980. Evaluation of certain food additive. Twenty-fourth Report of the Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives. https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/41410/WHO_TRS_653.pdf?sequence=1
- ¹⁰⁹ Food and Drug Administration, 2023. Timeline of Selected FDA Activities and Significant Events Addressing Aspartame. https://www.fda.gov/food/food-additives-petitions/timeline-selected-fda-activities-and-significant-events-addressing-aspartame
- ¹¹⁰ Gordon 1987. News Story. https://www.sussex.ac.uk/webteam/gateway/file.php?name=document-24-greg-gordon-upi-12oct1987.pdf&site=25
- ¹¹¹ Food and Drug Administration, 2023. Timeline of Selected FDA Activities and Significant Events Addressing Aspartame. https://www.fda.gov/food/food-additives-petitions/timeline-selected-fda-activities-and-significant-events-addressing-aspartame
- ¹¹² Corporate Europe Observatory, 2012. Conflits indigestes ! Une décennie d’influence industrielle à l'Autorité Européenne de Sécurité Alimentaire (EFSA). http://www.adequations.org/IMG/pdf/conflits_indigestes.pdf
- ¹¹³ European Food Safety Authority, 2013. Scientific Opinion on Aspartame. https://www.efsa.europa.eu/sites/default/files/corporate_publications/files/factsheetaspartame.pdf
- ¹¹⁴ World Health Organization, 2023. Evaluations of the Joint FAO/WHO Expert Committee on FDood Additives (JECFA). Aspartame. https://apps.who.int/food-additives-contaminants-jecfa-database/Home/Chemical/62
- ¹¹⁵ World Health Organization, 2023. Aspartame hazard and risk assessment results released. https://www.who.int/news/item/14-07-2023-aspartame-hazard-and-risk-assessment-results-released
- ¹¹⁶ French Agency for Food, Environmental and Occupational Health & Safety, 2021. The European Transparency Regulation: a new framework for risk assessment and food safety. https://www.anses.fr/en/content/european-transparency-regulation-new-framework-risk-assessment-and-food-safety
- ¹¹⁷ Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives, 2023. Evaluation of certain food additives? Ninety-sixth report of the Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives. https://iris.who.int/bitstream/handle/10665/376279/9789240083059-eng.pdf?sequence=1
- ¹¹⁸ Joint FAO/WHO Expert Committee on Food Additives, 2024. Comité du codex sur les additifs alimentaires. Questions d’intérêt découlant de la FAO et l’OMS et des 96ème et 97ème réunions du Comité mixte FAO/OMS d’Experts des Additifs Alimentaires (JECFA) respectivement. https://www.fao.org/fao-who-codexalimentarius/sh-proxy/en/?lnk=1&url=https%253A%252F%252Fworkspace.fao.org%252Fsites%252Fcodex%252FMeetings%252FCX-711-54%252FWorking%2Bdocuments%252Ffa54_03f.pdf
- ¹¹⁹ Foodwatch, 2025. Clean Washing Aspartame. Why aspartame needs to be banned, based on
- independent science. https://www.foodwatch.org/fileadmin/-INT/additives/2025-02-04_foodwatch-report-aspartame.pdf
- ¹²⁰ U.S. Right to Know, 2023. Did a Coca-Cola front group sway a WHO review of Aspartame ? Gary Ruskin, July 19, 2023. https://usrtk.org/sweeteners/coca-cola-front-group-who-review-of-aspartame/
- ¹²¹ Walton et al, 1999. The application of in vitro data in the derivation of the acceptable daily intake of food additives. Food Chem Toxicol. 1999 Dec;37(12):1175-97. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10654594/
- ¹²² Galli et al, 2008. Is the acceptable daily intake as presently used an axiom or a dogma? Toxicol Lett. 2008 Aug 15;180(2):93-9. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18588960/
- ¹²³ Phillips et al, 2024. Improving the integration of epidemiological data into human health risk assessment: What risk assessors told us they want. Glob Epidemiol. 2024 Sep 28;8:100167. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2590113324000336
- ¹²⁴ Debras et al, 2022. Artificial sweeteners and cancer risk: Results from the NutriNet-Santé population-based cohort study. PLoS Med 19(3): e1003950. https://journals.plos.org/plosmedicine/article?id=10.1371/journal.pmed.1003950
- ¹²⁵ Debras et al, 2022. Artificial sweeteners and risk of cardiovascular diseases: results from the prospective NutriNet-Santé cohort BMJ 2022; 378 :e071204. https://www.bmj.com/content/378/bmj-2022-071204.full
- ¹²⁶ Debras et al, 2023. Artificial Sweeteners and Risk of Type 2 Diabetes in the Prospective NutriNet-Santé Cohort. Diabetes Care. 2023 Sep 1;46(9):1681-1690. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC10465821/
- ¹²⁷ Chia et al, 2016. Chronic Low-Calorie Sweetener Use and Risk of Abdominal Obesity among Older Adults: A Cohort Study. PLoS One. 2016 Nov 23;11(11):e0167241. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0167241#sec021
- ¹²⁸ Azad et al, 2020. Nonnutritive sweetener consumption during pregnancy, adiposity, and adipocyte differentiation in offspring: evidence from humans, mice, and cells. Int J Obes (Lond). 2020 Oct;44(10):2137-2148. https://www.nature.com/articles/s41366-020-0575-x
- ¹²⁹ Food and Agriculture Organization, 2025. State of Research on the Interactions between Food Additives, the Gut Microbiome and the Host. A Food Safety Perspective. Food Safety and Quality Series. https://openknowledge.fao.org/server/api/core/bitstreams/54e3c4a1-e95b-4365-b9ae-f99a75436106/content
- ¹³⁰ French Agency for Food, Environmental and Occupational Health & Safety, 2015. Évaluation
- des bénéfices et des risques nutritionnels des édulcorants intenses. Avis de l’Anses, Rapport d’expertise collective, Janvier 2015. https://www.anses.fr/fr/system/files/NUT2011sa0161Ra.pdf
- ¹³¹ Engel et al, 2018. Effect of high milk and sugar-sweetened and non-caloric soft drink intake on insulin sensitivity after 6 months in overweight and obese adults: a randomized controlled trial. Eur J Clin Nutr. 2018 Mar;72(3):358-366. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29235560/
- ¹³² Chia et al, 2016. Chronic Low-Calorie Sweetener Use and Risk of Abdominal Obesity among Older Adults: A Cohort Study. PLoS One. 2016 Nov 23;11(11):e0167241. https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0167241#sec021
- ¹³³ French Agency for Food, Environmental and Occupational Health & Safety, 2015. Évaluation
- des bénéfices et des risques nutritionnels des édulcorants intenses. Avis de l’Anses, Rapport d’expertise collective, Janvier 2015. https://www.anses.fr/fr/system/files/NUT2011sa0161Ra.pdf
- ¹³⁴ Pepino, 2016. Metabolic effects of non-nutritive sweeteners. Physiol Behav. 2015 Dec 1;152(Pt B):450-5. doi: 10.1016/j.physbeh.2015.06.024. Epub 2015 Jun 19. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4661066/
- ¹³⁵ Rother et al, 2018. How Non-nutritive Sweeteners Influence Hormones and Health. Trends Endocrinol Metab. 2018 Jul;29(7):455-467. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S1043276018300936
- ¹³⁶ Regulation No 178/2002 of the European Parliament and of the Council of 28 January 2002. https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/HTML/?uri=CELEX:02002R0178-20240701